Gira Humanitaria por el Alto Baudó
CLAVES PARA ENTENDER LA RECIENTE CRISIS HUMANITARIA
DEL ALTO BAUDÓ CHOCÓ.
CONTEXTO.
La subregión del Baudó, está conformada por 3 municipios, 15 autoridades de consejos comunitarios y 27 resguardos indígenas, se caracteriza por tener una ubicación geoestratégica que conecta con la serranía del Darién, y las subregiones del San Juan, Medio Atrato y Costa pacífica. Esta presenta una alta tensión por control militar y social del territorio, con presencia de todos los actores armados que controlan las economías de cultivos ilícitos, generando amenazas, asesinatos, desplazamientos, confinamientos, reclutamiento a jóvenes, violencia contra las mujeres, detenciones masivas y retenes hacia la población civil. Uno de los acontecimientos recientes es el asesinato de una mujer Indígena LUZ AIDA CONCHAVE de 21 años, madre de 3 hijos de la etnia emberá Dovida en la comunidad de MIACORA, en el municipio de Alto Baudó. Finalmente, esta subregión, cuenta con el más alto índice de interés
por parte de los grupos armados ilegales por ser una ruta estratégica para la salida de la pasta de coca; se mantienen las violaciones a niñas por parte miembros de la fuerza pública y actores armados ilegales (ELN y AGC)
Las organizaciones firmantes del “Acuerdo Humanitario Ya”, llevamos tres años haciendo seguimiento a la crisis humanitaria, la violación a los derechos humanos e infracciones al derechos internacional consuetudinario, y elaborando informes detallados de los 11 puntos del Acuerdo Humanitario, lo que nos lleva a proclamar que el territorio Chocoano, antes que un “teatro de guerra y de operaciones militares” debe ser un espacio humanitario de convivencia con la naturaleza y construcción territorial de la paz.
Desde la realidad del Chocó y la experiencia acumulada e iniciativas que en asuntos
humanitarios hemos tenido que desarrollar a raíz del conflicto armado, entendemos el
espacio humanitario como el conjunto de iniciativas, gestiones y acciones prácticas y
concretas que se realizan en cada una de las subregiones del Chocó, como resultado de la interlocución que se adelante entre autoridades (del nivel nacional, regional y local), organizaciones sociales, comunidades y autoridades étnicas, con los grupos armados irregulares en procura del respeto por la vida, la integridad, la libertad, los bienes naturales del territorio, la autonomía y el gobierno propio de las comunidades.
Constataciones de la gira humanitaria al municipio del Alto Baudó.
En el Seguimiento y verificación del cumplimiento del Acuerdo Humanitario Ya, se desarrolló una gira humanitaria al municipio del Alto Baudó, con la presencia de las diócesis de Istmina-Tadó, Quibdó y Apartadó, la coordinación del Pacifico, las embajadas de Suecia, Noruega y representante la ONU derechos humanos, consejo Noruego, SWEFOR y la representación de la Mesa Concertación y Dialogo de los Pueblos Indígenas del Chocó y ACABA, con el fin de observar la vulneración de los derechos. En el dialogo con las autoridades, se constató, como continua la intensificación dela situación de violación a los Derechos Humanos y las infracciones al Derecho Internacional Humanitario, acciones que tiene una relación directa con 9 de los 11 puntos que componen el Acuerdo Humanitario Ya en el Chocó. Es importante hacer las precisiones, de acciones que dan cuentan como la crisis en el Alto Baudó, tiene un relacionamiento en lo siguiente:
Las organizaciones étnicas, desde el nacimiento del Acuerdo humanitario Ya, han venido advirtiendo en la necesidad de que las partes enfrentadas en el conflicto, acojan el Cese bilateral al fuego y hostilidades, esta situación de confrontación ha conllevado a que los grupos armado ilegales continúen en acción cobarde del juego cruzado asentándose en las comunidades y protegiéndose en medio de la población civil, lo que constituye un clara violación del DIH convirtiendo a la población civil como “escudos humanos” acción evidente, con el reciente caso de la muerte de una mujer indígena en la comunidad de MIACORA en Alto Baudó; estas confrontaciones en medio de las comunidades, tienen un relacionamiento también, con los desplazamientos y confinamientos en las comunidades étnicas del Baudó, el fuego cruzado entre los actores, los ha llevado a introducir con más intensidad el minado a los sitios estratégicos del territorio, como una manera de protegerse, pero colocando en alto nivel de riesgo a la población civil. Es evidente que el estado colombiano ha sido incapaz de establecer políticas que den cuenta del desmonte de las estructuras ilegales, como lo indica el Acuerdo de Paz; razones fundamentales, las AGC
tienen controlado el 75% del territorio del Chocó. A esta situación se le suma el aumento sistemático del desplazamiento, confinamiento, que restringe la libre de movilidad, siendo una de las practicas que el ELN y las AGC han mantenido para controlar y escudarse sobre la población civil, acciones que en el Baudó tiene un gran alto índice de vulneración de los derechos, afectando significativamente a un gran número de familia de las comunidades étnicas. Además de lo anterior, el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes, es una práctica que los grupos armados ilegales han intensificado su accionar con ánimo de aumentar el número de personas en sus filas, mantener la fuerza de relevo y la supuesta ideología en la lucha revolucionaria, esto nos indica como la falta de una política pública en los diversos niveles sigue poniendo en riesgo el presente y futuro de estas comunidades del Alto Baudó y del Chocó en general; es visible como se aumenta la violencia contra las mujeres y la comunidad LGBTI, de una manera incontrolable, esto ha implica el desequilibrio familiar, comunitario y emocional, es a ellas a quienes se les arrancan los hijos e hijas; situación que se hace más evidente en las comunidades indígenas, por mencionar uno de los casos, en las últimas dos semanas fueron reclutada 6 niñas indígenas
en el municipio del Alto Baudó presuntamente por el ELN.
Los asesinatos a miembros de las comunidades, líderes étnicos y sociales, y las
desapariciones forzadas, es una situación que los grupos armados ilegales han
intensificado para imponer el terror y el miedo hacia las comunidades y sus líderes y
lideresas, lo cual tiene un relacionamiento con el desplazamiento y confinamiento, debido a la imposición del terror. El aumento de la siembra y expansión de los cultivos de uso ilícito, los daños ambientales por la explotación forestal inadecuada dejan al
descubierto la incapacidad del Estado en la implementación del PNIS, esta situación ha contribuido al aumento significativo de cultivos de usos ilícito, la financiación a los grupos ilegales en el territorio. En lo que compete al Baudó, la dinámica paso de ser simplemente una ruta, a la producción, esto ha implicado el relacionamiento con varios temas; el convencimiento a personas y familias por lo que implica su rentabilidad en términos económicos y las pocas posibilidades de viabilidad y sostenibilidad que tienen los proyectos productivos.
Algunas claves o patrones para comprender porque todo esto pasa en el Baudó
Con base en el seguimiento a la situación y a los puntos del Acuerdo Humanitario Ya, que hace el Foro Interétnico Solidaridad Chocó y la Mesa de Concertación y Dialogo de los Pueblos Indígenas, podemos señalar los siguientes patrones que explican la actual crisis humanitaria del Baudó:
• Su ubicación estratégica: El municipio se constituye en un corredor estratégico y de
conectividad del Darién y bajo Atrato (Costa atlántica) con Bahía Solano y Nuquí
(costa Pacífica). Hoy en día es el corazón territorial del narcotráfico, es una ruta en
disputa por los distintos actores armados.
• Después de la firma de los acuerdos con las FARC, en este territorio los actores
armados, inician la disputa por el control de los corredores estratégicos, rutas de
narcotráfico, posicionamientos en puntos clave del territorio, hegemonizar economías
lícitas e ilícitas. Ese proceso se encuentra en lo que podríamos decir un “empate
militar negativo”, quiere decir que ninguno de los actores (ELN, AGC,
Narcotraficantes) ha logrado la hegemonía de dicho control. En términos militares,
esa situación de No consolidación de un actor armado hegemónico en un territorio (o
porción del territorio) conlleva a consecuencias muy graves contra la población civil,
porque el actor armado quiere que la población “tercie a su favor”, con la finalidad
de mostrar su posicionamiento y hegemonía territorial frente a su contrincante,
entonces se dan permanentes movimientos militares (que incluyen confrontación,
hostilidades y obviamente afectaciones graves a la población civil) en todo el
territorio.
• Una implementación deficiente del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc, hace
que las comunidades sientan que la paz no ha llegado, que continua la guerra y este
imaginario lleva a que por ejemplo muchos jóvenes sigan siendo reclutados por estos
actores armados ilegales.
• Las autoridades tradicionales étnicas (afro e indígenas) no han logrado en estos años recuperar su ejercicio de gobierno propio y de autonomía, porque no han podido hacer presencia en el territorio acompañando y orientando a sus comunidades, por las
amenazas de los actores armados, los desastres naturales y por la pandemia del covid19.
• El Gobierno colombiano ha respondido con presencia militar, solo para dar la idea
que envió “protección a las comunidades” pero como bien sabemos, estos batallones
y “Fuerzas de Tarea” no confrontan a las estructuras armadas de los paramilitares, en
algunos casos al ELN, y tampoco a los grupos de narcotraficantes, ni la policía
enfrenta a los grupos de delincuencia común organizada que hay en el territorio.
• Los acuerdos con las comunidades sobre sustitución de cultivos no se han cumplido
por parte del gobierno lo que está llevando a que se mantenga la producción de coca
e incluso se expanda, pero además la presencia de fuertes grupos de transformación
de la hoja en pasta y la expansión de las redes de narcotráfico.
• Otro de los factores que explica lo que está pasando es que persiste el racismo
estructural que sigue considerando que la población afro e indígena de la región no
es sujeto de derechos, uno de los ejemplos es la restricción impuesta por el gobierno
a la consulta previa. Este “patrón” ha sido asumido también por los actores armados
y por los grupos políticos y económicos (legales e ilegales) que hacen presencia en la
subregión.
Como organizaciones étnicas territoriales del Chocó, nos permitimos señalar, finalmente, dos cosas:
Primero, que lo que se está viviendo en la subregión del Baudó, constituye una grave
violación de los derechos de la población civil contemplados en el derecho internacional humanitario, por parte de los actores armados al margen de la ley.
Segundo, que la situación actual presente es de responsabilidad del Estado colombiano, por su incapacidad para garantizar la vida y la seguridad de los pobladores afro e indígenas y porque ha dejado que los actores armados ilegales controlen el territorio acorde con sus
intereses.
Quibdó 10 de marzo del 2021
Foro Interétnico Solidaridad Chocó
Mesa de Concertación y Dialogo de los Pueblos Indígenas del Chocó.